Desde la semana pasada, como nunca he vuelto múltiples veces a la infancia. Durante toda la semana, se sucedieron diferentes eventos, de menor a mayor escala, que me permitieron volver a sentirme como una niña de 5 años.
Lo primero, fuimos con mis papás y la Jesu (mi hermana mayor) a ver Intensa Mente. Yo había leído y escuchado muy buenas críticas al respecto y hasta, antes de haberla visto, había escrito un comentario en "El Definido" con respecto a los recuerdos, que era algo de lo que se hablaba en base a lo que presenta la película. El artículo planteaba la interrogante de qué recuerdos se les estaba dejando a "nuestros hijos" en el caso de los padres de hoy, y por otra parte, se refería a qué recuerdos teníamos nosotros, qué memorias guardábamos con nostalgia, y de qué manera podíamos en un mundo como el de hoy, donde la tecnología se ha tomado gran parte de la vida diaria, generar recuerdos tan potentes como los que nosotros añoramos.
Ahí, al tiro se me vinieron a la cabeza mis recuerdos favoritos. Esos de mis veranos en Lican Ray, donde sin tele, computadores ni celulares, estábamos obligados a entretenernos jugando, explorando y descubriendo todo lo que la naturaleza que nos rodeaba era capaz de regalarnos, que junto con una imaginación infinita y una familia que agregaba todo el calor de hogar con mermeladas caseras, comidas ricas y onces con vista al lago (entre otras cosas) eran la fórmula perfecta para crear los mejores recuerdos.
Acá salen mis hermanos y tías en Lican Ray,
con la vista de la casa al lago, en esa maravillosa tierra...
con la vista de la casa al lago, en esa maravillosa tierra...
Bueno, la película se trata prácticamente de eso. Intentando representar gráficamente cómo funciona la mente humana, entra a introducirse en el valor que tienen los recuerdos en esa estructura y el papel que juegan dentro de la misma.
Por otra parte, yo que soy tremendamente nostálgica en relación a mi infancia, y por lo mismo, trato de no perder el alma de niña. Siempre crecí rodeada de niños y me encantan, lo que ha permitido que tenga permanentemente oportunidades para sacar a flote a esa Germanita (la verdadera GermanITA). No sólo he podido jugar con mis hermanos y primos, sino que también a través del "babysitting", que sigo "ejerciendo" desde los 12 años, cuando sale alguna oportunidad; o (y con mayor fuerza actualmente) con los niños de Kanki, la Corporación de Ayuda al Niño Enfermo "Francisco Javier Lagos Olavarrieta", que se ha vuelto una más de las casas de mis familiares, donde siempre puedo llegar a jugar y a pintar caras, sin ninguna traba.
Todas esas cosas han permitido que yo siga teniendo oportunidades para volverme niña y con ellos imaginar historias, mundos y personajes fantásticos, como el Jurubunticulutú del que escribí hace unos meses aquí mismo. Sin duda el tener tanta diferencia de edad con mis hermanas menores, también ha permitido estar bien de cerca de la niñez, y también ha sido un regalo cuando ellas se han hecho parte de todas las ideas creativas que se me ocurren y que son las que me transportan a ese lugar de la memoria en que todo era más sencillo y la alegría era el principal estado anímico.
En la entrada anterior, contaba de lo que fue convertir la casa en un restaurant gourmet y todo lo que implicó. Al final, fue como jugar al chef, y fue demasiado entretenido. No puedo evitar recordar cuando bieeen chica hacía tortas de mil hojas con barro y hojas, o aquella vez en que con mi prima Javi, usamos un árbol cortado como mesa y asientos para un picnic que preparamos con el "set de picnic" plástico que había recibido de regalo para esa navidad recién pasada, en el que usamos jugo y comida de verdad (probablemente galletas o un sandwich sencillo), lo que lo hacía demasiado bacán al lado de la comida imaginaria de siempre.
También contaba cómo he estado ayudando a la polola de mi hermano a hacer el vestido amarillo de la Bella y la Bestia, y ahí otra vez de vuelta a las fantasías de princesas de niña, donde un disfraz significaba ser quienes quisiéramos.
Todos esos mini-eventos que evocaron mis primeros años, fueron coronados por la oportunidad que tuve de conocer a Mazapán, el grupo de música que le puso banda sonora a mis años de niña desde mis primeros recuerdos. Creo que el recuerdo más "antiguo" de sus canciones es el de un acto que se hizo en mi primer (de tres) jardín, en el cuál estuve los a los 3 años. Ahí, me tocaba salir en esa canción que dice "Globos globitos vendo, pa' los regalones, vendo también remolinos, volantines y aviones" que era parte de uno de sus, en esos días "cassettes". Y desde ahí ya son miles las canciones grabadas en mi memoria, y que escuché, por ser la mayor de 8, hasta harto después de dejar de ser niña, y la verdad es que hasta el día de hoy me encantan. Las encuentro musicalmente unas genias y no me aburro de escuchar su música. Por lo mismo cuando voy a ver a mi prima menor, siempre que puedo, le pongo sus canciones. Y no es que le muestre las que me gustan a mi de cuando era chica solamente, ella tiene sus CD's y sus libros de Mazapán también, lo que no hace más que recalcar la transversalidad del contenido de su música, que sigue encantando desde que existe.
Un muy buen CD de Mazapán con las mejores canciones
Esta oportunidad de conocerlas, se dio porque escribí a la página preguntando por un video que de chicos nosotros teníamos en VHS, donde salían los "video-clips" de algunas canciones, y que NUNCA nos aburríamos de ver. Pero de repente no lo encontramos más así que me propuse averiguar si existía alguna forma de recuperarlo. Cuando Lulú (una de las integrantes) me contestó que SÍ lo tenían en DVD, al tiro quise comprarlo. Eso sí, la verdad, era como raro (encontraba yo) que me comprara un DVD con canciones infantiles si ni soy, ni tengo niños, así que decidí que se lo iba a regalar a mi mini-mi, mi prima menor de los que mencioné antes. Sin embargo, después pensé que en realidad no era tan raro comprar algo como de la infancia siendo grande, porque hasta existen las "tiendas de nostalgia" donde venden los juguetes que ya no existen y que apelan a eso, la nostalgia, para vender. Al final "venden recuerdos", y aquí es lo mismo.
Mi mini-me-mona
Cuando pasé la reja para entrar al lugar (que era una casa sencilla muy normal) me puse muy nerviosa. De verdad sentía como si estuviera con una estrella de hollywood y me corté entera. Yo no sabía bien cómo eran las integrantes del grupo porque sólo las había escuchado y tenía un vago recuerdo de lo que veía en aquel video que iba a buscar, pero la verdad es que no sabía cuál era quien. Sin embargo, igual caché al tiro porque eran las mayores y tenían cara de ser ellas. Me sorprendió verlas tan cambiadas, pero la imagen que tenía, la del video, era de hace como 20 años, así que obvio que tenía sentido que cambiaran tanto.
En fin, cuando Lulú me recibió, entramos al lugar de ensayo y fue tan bacán. Era una sala, un living comedor en realidad, lleno de posters del grupo, desde los más antiguos a los más actuales, y al fondo, un espacio lleno de diferentes instrumentos musicales. Me llamó mucho la atención y me dio muchísima alegría ver que tenían un espacio con imágenes de la Virgen. Siempre me alegra saber que quienes admiro creen en lo mismo que yo, todas estas cosas hacían que todo fuera a cada segundo mejor.
Ya dentro de la casa, mientras Lulú buscaba el DVD, le entregué como agradecimiento, el Juribunticulutú de fieltro que había hecho para la Trini, con su historia, igual secretamente pensando lo bacán que sería que hicieran una canción con él.
Este fue el primer dibujo representativo del Jurubunticulutú
Aquí, mucho más lindo en fieltro.
Después de todo eso, le pedí con voz temblorosa, que en realidad fue mi voz desde que entré, una foto, pero no quería molestar o interrumpir, así que me quedé mirando como ensayaban "El Tren del Almendral" para su próximo show "35 Años en la Maleta", y me sentía muy rara porque nadie más cachaba que estaba haciendo ahí. El patio en que estaban era super chico así que decidieron salir a ensayar a la calle, y ahí les pedí la foto. Estaba muerta de vergüenza pero en mi cabeza les había pensado pedir un video con saludos a la Corporación (Kanki) otro para mis primos Campos y otro para los Lagos, todo esto además de las ganas de tomar fotos al lugar de ensayo o de grabarlas ensayando, pero todo me dio vergüenza, así que no podía perder la oportunidad de la foto. Y así, a penas empezaron a salir, le pedí a una de las jóvenes que trabajaba con ellas (la rubia de la foto de abajo) que nos tomara la foto, y ahí partí, esto sin antes decirles que eran mis ídolas, que había crecido escuchándolas, que eran secas, y que gracias. Me sentí como una groupie, un poco patética pero filo, si en verdad eran ídolas para mi. Lo mejor fue cuando yéndome, porque justo venía de Chicureo de trabajar con fieltro, una de ellas me dijo "Vuelve para que nos muestres esas cosas de fieltro" y yo en mi interior ultra feliz pensando "Obvio que obvio que obvio que siiii!!!", le dije "Ya!" y así las dejé.
Aquí en la sala de ensayo.
Ahí estoy con ellas <3
Y ahí, al llegar a la casa de mis primos, mi casa actual en Stgo, lo primero que hice fue poner el DVD, y pude con eso revivir todos los recuerdos. Era el mismo, con todas las canciones. Despertaron en mi con mucha más fuerza esas memorias, y mientras los veía, sentada sola en la pieza, me sentí por ese ratito como esa Germanita de 5 años, que tanto disfrutaba con la Cuncuna Amarilla, el Sauce llorón, ¡Ay Martín! y Froilán el basurero, y el ratón entre otros.
Keep playing, keep being kids
PD: Un regalito extra:
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