domingo, 14 de agosto de 2022

¡He vuelto a las letras! (y volvamos a hablar de salud mental)

Acá el arte de Florencia Pozo que hace un lindo 
uso de pastillas que todos deberíamos tomar. 
Y pantallazo pa que apoyen el arte y la sigan :)


Hace tiempo que no escribo. Y es que pasé por una especie de sequía creativa, que creo atribuir en gran parte a mis remedios. 
Para la mayoría de quienes me leen, es sabido que soy bipolar, pero si no me has leído antes, quizás no tenías idea.
En fin, come buena y responsable persona que padece algún trastorno de salud mental, yo tomo varios remedios que, en mi caso, regulan mi ánimo. 
Come deben saber, la bipolaridad tiene que ver con una fluctuación entre diferentes estados anímicos, en mi caso, entre la depresión y la euforia o manía. 
Suena muy de locos, y es que supongo que algún grado de locura tengo, pero me gusta pensar que es del tipo de locura que me hace especial. 
Y creo que muchas de mis habilidades creativas, incluso esta, de escribir, van de la mano con esa "locura". 
Ahí entra el punto de “la culpa es de mis remedios“, con respecto a lo creativa que puedo llegar a ser. 
Y es que en el último tiempo mis remedios me tenían tan estable anímicamente, que había perdido un poco de mi inspiración o chispa creativa. 
No sé si es como deberá ser pero a mi me mueve mucho la inspiración y sin ella como que no avanzo (eso fue también, lo que hizo que me demorara tanto en sacar mi título de diseñadora). 
Y por eso dejé de escribir en esta ocasión. Me pasaba que tan estable, no sabía qué "decir" o cómo plantearlo. Porque no es que no tuviera ideas, pero no se me ocurría la forma de plasmarlas en algo con sentido, o que encontrara suficientemente interesante como para que otros quisieran leerlo. 

Pero en mi tratamiento hubo un cambio que cambió, valga la redundancia, las cosas. Y es que después de harto tiempo bajando dosis, el psiquiatra me eliminó la quetiapina, un remedio que a mi siempre me dijeron que era (sólo) un regulador del ánimo que con efecto secundario me daba sueño; que tomé desde que tuve la crisis en 2010, en dosis muy altas, y que al parecer— y me acabo de enterar— se usa en esas dosis (más de 100 mg –y  yo tomaba 200)como antipsicótico. 
No les voy a mentir, enterarme que estuve más de 10 años tomando un remedio así, en ese “modo antipsicótico", me hizo pensar "chuta, en verdad debo estar muy loca"; sin embargo, deseché esa idea, en mi afán de defensora/vocera de la salud mental, inmediatamente. Porque creo que no puedo pensar de esa manera si estoy luchando por eliminar prejuicios. Y porque además, realmente no pienso eso. 
Una de las cosas que uno aprende al aceptar que los temas como el mío son efectivamente temas de salud, es empezar a entender que esa "locura" no es más que un desequilibrio químico, y que los remedios no hacen otra cosa que buscar equilibrar eso en mi cerebro. 
No deja de ser impresionante, de todas maneras, el efecto de esos químicos y los remedios, y cómo pueden afectar no sólo el comportamiento de las personas sino también la creatividad. 
Sin embargo, parte de la búsqueda, sino toda la búsqueda del equilibrio a través de la remedios, tiene que ver con encontrar el balance entre un estado de ánimo estable y una capacidad de expresión personal y creativa sanos, que me permitan, de alguna manera, ser la mejor versión de mi. Una versión, en el caso de la bipolaridad, no excenta quizás, de altibajos, pero que me permita tener una vida “normal” (y sólo entre comillas porque la normalidad está sobrevalorada).

Bueno, en fin, cómo intro a mi vuelta a las palabras, quería contarles eso de que finalmente, eliminar la quetiapina me trajo efectos positivos, y aunque al ratito me di cuenta que eliminarla por completo no era la mejor opción —en dosis bajas se usa para inducir el sueño, cosa sagrada en temas de salud en mental y que yo necesito cuidar especialmente en mis momentos más “iluminados”— al ver su efecto en mí, aprendí muchísimo sobre la experiencia  y relación entre los remedios, la salud mental y la creatividad. Y espero que también hayan aprendido ustedes al leerme.

Así que como puse en el título,¡he vuelto! Y es que ahora sí tengo muchas cosas que decir, mucho de qué opinar y muchas anécdotas que compartir, y hoy sí sé cómo hacerlo.

Para que se hagan una idea de lo que viene, en estos últimos dos meses “me fui a vivir sola" (temporalmente) ;y además —en modo de vuelta a mis clásicas “germanicosas”— perdí (y recuperé), en menos de 2 semanas mi celular. Y no es como que no lo encontraba. Una de las veces me lo robaron y las otras 2 lo dejé en lugares donde, o me lo devolvieron o lo pude recuperar (¿cómo no tener fe en la humanidad después de eso?).
De ambas experiencias aprendí mucho y creo que por separado son historias dignas y entretenidas de compartir. 
Así que nada po, estén atentos para que se las cuente y ya volveré a escribir para opinar de cosas más relevantes en nuestro contexto actual. Cosa respecto de la cual siento que también estoy al debe.

Por ahora y como siempre, ¡GRACIAS ☺️ por leerme hasta el final!
(Y como casi spam, no se olviden de seguir en Instagram mi @proyectogratitud que no me gusta que mi insta personal lo doble en seguidores cuando debiera ser al revés)

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