Foto de silastortugasablaran.com
Desde hace ya bastante tiempo, hemos ido viendo como de a poco, nuestro país está empezando a perder todo aquello de lo cual nos jactábamos hace algunas años. Nos creíamos el hoyo del queque, porque Chile, a diferencia de la mayoría de nuestros países cercanos, era un país muy seguro, "yo en Chile puedo salir a comprar al centro de mi ciudad tranquila y sin miedo, aún siendo niña" me acuerdo que le contaba a mis amigos en Ecuador, porque allá era muy peligroso andar "solo" por la calle. Me acuerdo que una vez, teníamos 14 años con mis amigos, y fuimos a pata desde un McDonalds a un mall que estaba a como 2 cuadras. Corrimos y me acuerdo que nos sentíamos como súper bacanes por haberlo hecho solos. A mi esto me chocaba demasiado en contraste con lo que pasaba y (en ese escenario específico), sigue pasando acá en Chile,
Nos jactábamos también de nuestra democracia y la estabilidad de nuestra política, de que en Chile prácticamente no existía la corrupción y de que nuestra policía era muy respetada e casi imposible de sobornar.
Hoy el escenario es distinto. Ahora no tenemos de qué jactarnos. Nuestra resiliencia a las catástrofes naturales e inmensa solidaridad igual destacan, pero todo se ha visto opacado por todos estos cambios que hemos ido viendo tanto en política como en seguridad. Ya no es tan seguro nuestro Chile, Ya no es tan estable nuestro querido país. Ya no es un país prácticamente libre de corrupción y nuestra economía ya no es tan maravillosa. Siempre me acuerdo que mi tata que es economista me explicaba como Chile no tenía deuda externa y como prestábamos plata a otros países porque éramos una economía estable y confiable.
Ahora, la economía está mal, la política está mal, la seguridad está mal...
Pareciera que todo está mal y en este contexto, no puedo dejar de hablar de la delincuencia. Me cuesta muchísimo entender cómo mecanismos de delincuencia, como los portonazos, se hacen moda. ¿Cómo es posible que formas de delincuencia se hagan moda? No lo puedo entender.
Hace una semana vimos en la tele una realidad que pocos conocíamos, en "En su Propia Trampa" se destapó una realidad que realmente muchos no nos imaginábamos que existía aquí. Me da un poco de rabia cuando la gente critica a quienes se sorprenden al ver estas realidades porque "eso pasa todos los días y en muchos lugares". Eso no lo hace menos impactante. Todo lo contrario, y el hecho de que nuestras afortunadas realidades no nos lo muestren no nos hace menos tampoco.
Yo veía esas imágenes y volvían a mi mente sobretodo, cuestionamientos acerca del sistema penal y en especial del tema de los menores de edad. Acá, yo quizás sea polémica para algunos pero en la realidad que yo veo hoy, en 2015, me parece que no es ninguna locura plantearse que existan penas para menores de edad. Un niño de 11-12 años, quizás puede ser influenciado, Pero cuando un "niño" de 16,17 años participa en un tiroteo, roba de forma violenta, se involucra en delitos graves; cuando un Cisarro, ha sido detenido 13 veces desde que medía un metro veinte, yo me pregunto ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible, que una persona con plena conciencia (me refiero a los delincuentes juveniles mayores o aquellos con más experiencia) no sea de ninguna manera "castigada" por esas cosas?
Yo no creo ni en la pena de muerte ni en que haya que hacer sufrir a nadie. Bajo NINGUNA circunstancia, pero si creo firmemente en la reivindicación, en la misericordia, en el perdón y con mucha fuerza, en la educación. Yo sé, lo sé, no lo creo, que la educación es importantísima para la prevención de estos "males", pero mientras la educación no sea capaz de tener el efecto que tiene que tener (especialmente en las zonas de más escasos recursos) yo creo que tiene que existir un sistema que permita a los jóvenes esa reivindicación. Por eso no me parece ninguna locura cuando el alcalde de Las Condes dice que deberíamos tener cárceles para menores.
Se sabe que las cárceles son escuelas de delincuencia, pero si existiese un sistema especial para menores, que enfatice en la rehabilitación y re-inserción, privando a los delincuentes de libertad pero no para "vengarse", sino para realmente hacer un trabajo con ellos y con eso tener el tiempo y enfoque de los mismos para procesar lo que significaron sus acciones y también de cierta forma para que no den todo por sentado. Para que no se escondan en sus edades y "se salgan con las suyas" y puedan sentir las consecuencias de sus actos no sólo en la gente afectada por esos actos, sino también en sus propias vidas.
Les dejo estas reflexiones y siempre me encanta que opinen :)
