viernes, 17 de diciembre de 2021

José Antonio, “el demonio” que es igual a mi papá

Bueno, este ensayo es mi aporte a la democracia. Me quedó eterno de largo, por eso digo ensayo pero creo que esto es tan importante y estando tan encima de las elecciones, no me podía restar de dar mi opinión. Así que voy a ir mencionando algunos de los puntos que más me ha chocado ver en redes sociales, es base a los cuales he formado mi opinión. Y voy a hablar de Kast




Sí, quiero hablar de José Antonio Kast. Sólo, o casi sólo de él. 

Esto no tiene que ver con mi decisión en las urnas, cosa que decidí mantener secreta esta vez. Vez en la que la verdad, el voto nulo me parece una de las opciones más atractivas; pero como dijo, o escribió más bien Warnken, eso se verá cuando frente al voto, le pida al Espíritu Santo que me ilumine para esa decisión.

Y para quienes puedan o quisieran criticar que la imagen de una palomita mágica me ayude a votar, entiendan que para mi, es el Espíritu Santo quien ha inspirado en mi, por completo, mi forma de ver la vida, mi capacidad de reflexión, mi empatía y todas las habilidades que hacen que yo sea yo. Para mi el Espíritu Santo es en el fondo, la Fuerza Creadora, el Espíritu de la Creatividad y la manifestación en acciones de los que es finalmente, el Amor.

Por eso me apoyo en esa palomita buena onda, mágica, porque creo en la magia que significan todos esos regalos que he recibido y que también he sido capaz de regalar. Escribir, por ejemplo, es una de las cosas para mí más fehacientes de la mano de esa magia palomística en mi vida. Porque yo he visto de manera concreta cómo he logrado, veces anteriores llegar a otras personas a través “de mi pluma” y eso no es algo que yo de por sentado. Para mi, la Germanita escribiendo es sólo un canal para que Dios traspase lo que al menos siento que a mi me ha dicho a través de mi vida. Cosas que siempre he compartido porque siento que Él me las ha hecho notar con ese fin.

En este caso, es lo mismo. Escribo pidiendo de antemano, que quienes lean esto se despojen de sus prejuicios. Que quienes encuentran en JAK una figura despreciable, sin empatía y llena de odio, se reseteen sólo al menos mientras les dure la lectura de este texto. 

Y a quienes lo admiran y ven en él un hombre consecuente, que “ha hecho todo bien” sean capaces de, mientras dure la lectura de esto, por un rato, despojarse de su visión para mirarlo, quizás de una forma nueva, que es como yo siempre lo he visto. Y quiero que sepan desde ya, que esto va a significar tanto críticas como defensas a su persona. Y que por lo mismo, les ruego no enfrenten las siguientes líneas buscando cómo probarme lo contrario. Haciéndome ver que estoy equivocada o por qué puedo o no tener razón. 

Lo único que pido, es que con la mano en el corazón, sean capaces de entender que ha significado para mi ver cómo la sociedad ha tildado de machista, misógeno, poco empático, maltratador, perverso y tantas cosas mas a un hombre que es básicamente en principios, en formas y en creencias, IGUAL A MI PAPÁ.

No sé si la gente que dice ser empática se da cuenta de lo heavy que es para gente como yo, ver que por las mismas razones que tus papás son como son, que tu papá piensa como piensa y actúa como actúa, se tilde a un hombre con adjetivos tan dolorosos como los que he descrito, cuando mi papá, por ejemplo, está lejísimos de merecer alguno de esos adjetivos.

Se han hecho cientos de generalizaciones acerca de “los cuicos ”, de Los conservadores, de las mujeres que optan por dedicarse a sus hijos, de quienes apoyan a las Fuerzas Armadas, de quienes dicen “Gobierno Militar”, de los provida…todas, TODAS, cosas en las que cabe el 80% de mi “familia privilegiada”.

  1. No decir “te amo” equivale a no amar de verdad

¿Han pensado lo doloroso que es pensar que la gente asuma que yo no amo con intensidad porque no digo “Te Amo”?  ¿Lo heavy que es que se asuma que usar la expresión lingüística “te amo” haga reducir el compromiso de un matrimonio a “probablemente se casaron por convenio económico, los cuicos son todos iguales, no aman”?. Pensar que podrían decir lo mismo de mis papás (que sí se dicen te amo entre ellos pero tampoco lo andan gritando a los cuatro vientos), es doloroso.

Y con esto supongo que asumo mi “nivel de cuiqueza” porque a mi me cuesta mucho decir “te amo”. Y no porque lo encuentre flaite, si no porque de verdad no me nace usar esa palabra para expresar cuanto quiero a quienes quiero y de verdad no tengo dudas de que a quienes amo, aunque nunca haya dicho de esa manera, lo saben.


El “te amo” yo lo veo como lo ven los gringos. En inglés no existe el “te quiero” entonces “I love you” se usa en contextos familiares y con amistades. Pero en inglés para decir “I love you” a tu pareja, tienes que estar realmente enamorado. Y cuando estás realmente enamorado, ese “I love you” es para tu pareja, y puedes tanto gritarlo con fuerza al mundo y publicarlo en tus redes, como dejarlo en la intimidad como algo que compartir en ese espacio, y eso es válido. Para mí, eso es lo que pasa con personas como yo que “no decimos te amo” y de verdad, me ofende muchísimo que asuman que porque nunca lo haya dicho con esas palabras (sí lo he hecho más de una vez pero en general digo “te quiero”) mi “amar” es menos profundo. Entonces punto uno de defensa a críticas estúpidas a Kast que se contradicen con el pedir empatía a gente como él: no decir “te amo” no equivale a no amar.


  1. Ser diferente y mantener la calma no te hace desalmado:

Otra de las cosas en las que veo reflejadas a mi familia en la figura de Kast, es todo lo que tiene que ver con nuestra fe y nuestra visión del valor de la vida. Los Campos Lagos estamos tan sólo a UN HIJO de ser como la familia Kast Adriasola. Nosotros somos una familia profundamente católica. Somos 8 hijos, todos diferentes, con distintas formas de ver la vida, criados bajo una fe que para muchos encadena pero que para nosotros libera. Una fe que tiene base en la premisa de amar al prójimo como a uno mismo, lo que se traduce en reducir nuestra vida entera en AMAR. 

Otra cosa en común con los Kast, es que no sólo católicos practicantes, es que pertenecemos a Schoenstatt, un movimiento de la Iglesia Católica que tiene como principal carisma la importancia de Santa María, la Mater, como puente/atajo para llegar a Jesús, a Dios. Y en Schoenstatt existe una pedagogía de la libertad, en la que se habla de la búsqueda de “un hombre nuevo” que deje de lado él mecanicismo de seguir a las masas, para reemplazarlo por una versión de ser humano que base su vida en la libertad basada en el amor. En Schoenstatt se habla de la “suave violencia” que es intentar hacer cambios “violentos” (en el sentido de radicales) de manera tranquila, como si no se notara que se está cambiando. Se habla del concepto de “interrogante irresistible” que es eso que le pasa a uno cuando conoce a alguien que tiene “ángel”; alguien que llama la atención porque tiene “algo” que lo hace diferente, que te hace cuestionar (de ahí interrogante) inevitablemente (de ahí lo irresistible) de esa persona. Si a alguien le ha llamado la atención algo de mi personalidad, por ejemplo, es porque yo he crecido y decidido vivir bajo esos principios, y es “algo” especial es sólo el anhelo profundo de vivir arraigada en el amor a Dios, que como todos han escuchado, Dios es igual a AMOR.

En ese sentido, JAK, genera esa interrogante irresistible. Se ha hablado y alabado en los medios de su forma de mantener la calma a pesar de las barbaridades que se digan en su contra. Y lo ha dicho en entrevistas, que eso proviene puramente de ser consciente de qué hay un Dios que nos ama, y que el Amor no se sirve del odio, sino que crece de la empatía y de la defensa de la libertad. Libertad por cierto, de pensar menos o más conservadoramente. La defensa de esa libertad, pareciera sólo estar reservada para un sector político, mientras que para el otro, el ejercicio de esa libertad se lee como algo “repudiable”. Ese sería el punto dos.


Y eso de que el Amor no se sirve del odio, puede hacerle mucho ruido a muchos. Porque para muchos, Kast los odia. He leído una cantidad de cosas donde se asume que Kast ODIA a destajo, a quienes no piensan como él. Se plantea una narrativa injusta, que decide que por A o B motivos, se asuma que él es un hombre cruel y perverso, homofóbico y que odia a las mujeres. Y vuelvo a mirar hacia mi familia. Donde mi mamá, que a todo esto también toca la guitarra, canta y le escribe canciones a mi papá, postergó su vida profesional por dedicarse a lo que para ella fue siempre un sueño: sus hijos. Y en el libre albedrío que tenemos, y dentro de la empatía de la que tanto se pregona, parece no existir empatía hacia quienes eligen esa opción. Como si dedicarse a los hijos significara no quererse, cuando en realidad sólo ha resultado, en el caso de mi mamá al menos, en que mucho más gente la quiera.


  1. Los Pro-Vida no respetan la vida y odian a todos los demás 

Mi familia es Pro-Vida, y eso, cuando uno es consecuente, significa defender la vida en todas sus formas desde la fecundación a la muerte natural. En TODAS sus formas. Por eso no me sorprende que Kast hable de “salidas humanitarias” para gente que hizo cosas repudiables. O que quiera defender al que está por nacer a toda costa. Porque en nuestra concepción de la vida, toda vida humana es merecedora de ser tratada con dignidad, incluso cuando la persona no haya tratado al resto con dignidad. 

Recuerdo un documental de una mujer judía, con quien los nazis habían experimentado de niña. O sea, sufrió de primera mano el nazismo, y decidió, siendo vieja, perdonar a TODOS los nazis, públicamente. Por supuesto que causó revuelo. Se le criticaba el derecho a hacer tal declaración, cuando “nadie más” quería perdonarlos. Se hizo noticia la imagen de ella en una corte abrazando a un oficial de la SS, perdonándolo. Y ella hablaba de que el perdón era algo personal. Que no pretendía que todo el mundo hiciera lo mismo, pero que a ella, personalmente le había servido para estar en paz. Que eso de volver a mirar a quien fuera un monstruo torturador con una mirada “humanitaria” le había servido.

Y el perdón no es equivalente al olvido, y menos a la validación. Perdonar no significa pasar por alto todo malo que otro pueda haber hecho, significa reducir al otro, por monstruo que sea, a ser humano tan humano como uno. Tan falente como uno. 

Y con esto no quiero por, favor, defender ni a los nazis, ni a la dictadura y sus atrocidades en el gobierno militar acá en Chile, sólo quiero que vean, desde mi punto de vista, que es el mismo que es el mismo que el de “KKKast” (otro apodo muy muy prejuicioso). Que hace que él en vez de alegrarse por la muerte de Lucía Hirirart, tenga condolencias para su familia. Es lo mismo, cuando se habla de que se ha reunido con un torturador. Y repito, no defiendo a los torturadores, sólo, igual que Eva Kor (la señora perdonadora de nazis) , los veo desde las fragilidad y dignidad humana, como una vida más que defender. Y tampoco miro en menos el dolor de todas las familias de gente desaparecida y torturada. Eso jamás. Imagino lo horrible y profundamente doloroso que debe ser cargar con esas heridas pero por el mismo dolor sufrido, no creo que buscar el dolor de otros, o reírse de ese dolor, sea lo más humano ni lo más empático… ”no hagas lo que no te gusta que te hagan” dicen que decía Confucio…

Esto sería el punto tres: defender, o perdonar “lo indefendible” no es sinónimo de ni avalarlo ni olvidarlo. Y cuando existe una vida humana, independiente de sus errores, esta no pierde la dignidad con la que nace en consecuencia de los mismos.


  1. Kast odia a los homosexuales, y nadie que vote por él es honesto cuando le dice “te quiero” a algún homosexual (dígase tío, primo, amigo, etc)

Esta frase la vi compartida por una gran mayoría de la gente que conozco que pertenece a las minorías. 

Yo, indecisa por quien votar me la encontraba una y otra vez en las historias de Instagram de mis amigos. Y me producía una angustia terrible, sólo de pensar que esa gente que quiero, estaba asumiendo que si yo, ejerciendo mi libertad democrática decidiese votar por Kast, no lo iba a poder decir libremente, por miedo a que me quitaran el habla, o que me dejaran de querer a mi. 

Me angustiaba que tantos entendieran que una decisión política condicionaría cuánto los quiero o cuánto los entiendo. 

Me aterrorizaba pensar que si Kast gana, podrían, como en Estados Unidos, ser blancos de ataques. Me parecía terrible la ansiedad y violencia que podía llegar a producir un eventual gobierno de derecha conservador. 

Hasta que me di cuenta, que como se ha dicho en todos los tonos y desde todos lados, “no podemos dejar que gane el miedo”. Y mi decisión por Chile, independiente de cuál fuere, no podía estar determinada por el miedo a que quienes quiero, piensen que no los quiero más si tomaba una opción diferente a la de ellos. Me di cuenta que si eso llegase a pasar, eso de que me dejaran de querer, sólo significaría que nunca me quisieron…

Y en el caso de las minorías, les digo que yo no vivo en una burbuja…o que la burbuja hace años reventó, al menos, pero sí conozco minorías, y las valoro y respeto. En este blog he hablado de eso más de una vez. Además quiero a mucha gente que cabe dentro de esas categorías. ¡Mi mamá tiene un primo trans hasta! Vito, a quien contacté hace años, antes de su transición sin saber que estaba transitando, porque me di cuenta que no tenía a esta tía en facebook, y le había perdido el rastro. Y cuando la descubrí, tenía su nombre femenino en facebook pero en paréntesis su nombre social. Ahí supe de lo que estaba viviendo, le pregunté sus pronombres, y me explicó todo. Que se sentía Vittorio y que nunca lo había hablado con alguien de mi familia. Hoy es legalmente Vittorio, y por escandaloso que pudiera ser para algunos, es así. Él nació mujer biológicamente, que es una realidad inobjetable, y hoy es hombre, es pleno y es feliz. Y yo sigo queriéndolo y sé que un voto no cambiaría ese cariño…

Lo mismo pasa con primos o tíos más cercanos. Mi decisión no va a tener nada que ver con cuánto los quiero en lo personal. Y quiero que eso quede claro. Supongo que este es el cuarto punto.


Imagino que se dieron cuenta por quién voy a votar. Y es que es quien más me representa. No puedo luchar contra eso. A pesar de que sí creo que Gabriel es una buena persona con convicciones válidas, no lo siento preparado para gobernar. Además de que me parece demasiado influenciable. Yo siempre he valorado que la gente cambie de opinión, por eso nunca he criticado a quienes lo hacen, porque honestamente me parece que es de inteligentes cambiar de opinión cuando uno tiene razones, o aprende o comprende cosas diferentes. Pero a mi parecer, Boric no es inteligente. No, bromi, sí creo que es inteligente, de verdad, sólo creo que entre sus impulsividades y a veces su poca capacidad de reflexión (a mi parecer) sus cambios de opinión faltan de profundidad, y esa es también una de las razones por las que no me da confianza.

Ayer veía un vivo del dueño de “El Toro”, el de la polémica y él decía que le llamaba la atención que se hablara de valentía porque el dijo públicamente que votaba por Kast. Y dijo un punto que fue clave para mi. Que decir que uno vota por Kast sea sinónimo de valentía sólo habla de que no estamos siendo libres, en democracia. Porque si decir tu opción de manera pública es valiente, quiere decir qué hay muchos con miedo de decirla. Y no son precisamente los votantes de Boric los con miedo…


En fin, en conclusión: para mi Kast no es ningún demonio. Independiente de que me molesta profundamente su fijación con tirar abajo a Boric, que para mi no sirve para nada (la fijación), Yo veo en él a un hombre igual a mi papá, en negativo eso sí, porque a mi papá le dice Negro mi mamá, o sea, “es mate” (talla interna familiar). Pero fuera de talla, a mi me da seguridad que un hombre con los mismos valores de mi papá esté a la cabeza de Chile. Y todas estas son mis razones para votar por él… Espero que sirva de algo…

Ahora, ya después de haberlo leído, opinen lo que quieran. Yo escucho y leo todo. Pero con respeto, eso sí.