sábado, 28 de mayo de 2016

La Importancia del Arte Consciente

Esta semana fue una semana especialmente especial (valga la redundancia). Podría decir que estos últimos días han sido de los mejores de mis cortos 24 años. Han sido día llenos de esos pequeños momentos que hacen la vida, de esos que hacen la verdadera felicidad.

Porque como dijo Benjamin Franklin ''La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días'', y yo lo he podido vivenciar en carne y hueso. 

Hoy quiero centrarme en el arte, porque dentro de todas los regalos que recibí esta semana, entre todos los pequeños gestos y alegrías que hicieron esta semana; hubo dos eventos en particular que se salieron de lo común y que me hacen no poder dejar de escribir al respecto. Y es que conocí a dos GRANDES artistas. Realmente grandes.

Izquierda: De ''Heimat'' , Felder de Iris Eichenberg, prendedor de plata, botones y piel.
Derecha: Escultura de Fernando Casasempere

Muchas veces escribo para opinar, o presentar puntos de vista de la actualidad y de lo que está pasando pero esta vez sólo tengo ganas de compartir lo que significa y ha significado para mi el arte, especialmente en esta semana.

Como muchos saben, trabajo desde agosto del el año pasado en Joya Plástica. Es increíble pensar que escribí una entrada acerca de la marca, sólo por lo increíble que me parecía que existiera algo así, que trabajara con un desecho como el plástico y de manera tan magistral. No sé si se me hubiese ocurrido en ese entonces que en algún momento me sentiría como parte (igual importante) de este increíble proyecto. Porque a pesar de que no soy parte de la familia de sangre de Joya Plástica, me siento muy parte de ella. 

Una de las cosas que más me gustan de esta marca, y que me ha llamado la atención del principio, es la visión de diseño de las creadoras, que por tratarse en su origen de una verdadera artista (Pía Calderón), se transfiere en todos los productos que pasan a ser verdaderas piezas de arte. Es difícil ''camuflar'' el reciclaje, sin embargo Joya Plástica lo hace de manera realmente admirable, lo que se traduce en productos que cuesta creer están fabricados con bolsas. Esa visión de diseño de autor, que valora la innovación, la expresión artística, la libertad en la creatividad, han hecho un agrado mi paso por la empresa, y son algunos de los factores que hacen que el trabajo jamás pierda atractivo, que jamás se vuelva aburrido.

Esta posibilidad de trabajar en Joya Plática, fue lo que esta semana, me dio la oportunidad de conocer el trabajo de Iris Eichenberg (alemana), una de las referentes internacionales más importantes del mundo en joyería contemporánea. Una verdadera artista, de tomo y lomo. Mis ''jefas'' me invitaron a una charla y exhibición de la artista en Walka, la escuela de joyería contemporánea a la que asisten. 

Llegamos a una sala no muy grande, era uno de los talleres y ahí estaba ella. Muy sencilla nos pidió que por favor la interrumpiéramos porque no quería ponerse en un pedestal, sino hacer de esto más una conversación colectiva. Y así nos fue contando su historia y trayectoria. El valor que tenían sus piezas, la carga emotiva que traían, su proceso de creación. Habló del valor de los errores, de abrazarlos y hacerlos parte del trabajo; de su relación con el cuerpo humano y de cómo ha intentado descifrar la humanidad en su estructura; de enfrentar aquellas cosas que nos disgustan, poniéndolas frente a nuestros ojos, ''incomodándonos''; del valor de generar un diálogo entre objetos, de lo artesanal...Uf¡ 




Sus creaciones no eran especialmente ''lindas'', y no pretendían serlo. Se refirió a la búsqueda de generar cosas que al mismo tiempo que causan hasta repulsión, generan cierta admiración que ''dan ganas de acercarse'', y todo era una alegoría a su propio ser. Sus experiencias y su vida, pero siempre intentando proyectar su visión al mundo, sin encerrarse en sí misma.

Y al final pude conversar con ella. Muy cercana, sin ningún aire de grandeza, le conté que me llamó la atención eso de ''abrazar los errores'', que yo me equivocaba mucho cuando ''creaba'' algo, y ella me corrigió ''No errores, regalos''. Esa sencilla pero profunda frase me quedó marcada; los errores son situaciones únicas, que se escapan de nuestro control, y eso es también algo de un valor tremendo. Y uno podía verlo en su trabajo, que tuvimos la poco usual oportunidad de poder tocar.

Son pocas veces que uno tiene la oportunidad de conocer tan de cerca un artista y de ''entender'' el arte desde su origen. Tantas veces incomprendemos el arte, especialmente el arte contemporáneo. Lo juzgamos porque no es ''evidente'', o porque muchas veces creemos que ''cualquiera podría hacer eso''. Sin embargo, los grandes artistas lo son por una razón, y es que son capaces de que su trabajo tenga un discurso. Los verdaderos artistas son aquellos inquietos, inconformistas, que buscan hablar a través de su trabajo. Que intentan hacer cambios a través de sus obras. Son aquellos que desarrollan obras profundas, no quizás en técnica o visualidad, sino en contenido, en conceptualidad. Porque una buena obra no puede ser superflua. No puede ser ''porque sí'' o porque ''se ve bonito''. Y pasa lo mismo con el diseño, en todas sus áreas. En mi área, el diseño de vestuario, también se ve. Los grandes diseñadores son verdaderos artistas, y su trabajo es consciente y con contenido. Y eso se nota. Genera una carga en las cosas diferente, les agrega valor y expresividad.


Iris Van Herpen, ejemplo de lo conceptual en la moda. Una Maestra


Esa misma consciencia en el discurso, esa expresividad intranquila, esa carga conceptual responsable, la pude ver también en ''Mi Andadura'' , la exhibición del escultor Fernando Casasempere (chileno), en el Museo de Bellas Artes. 



En la primera sala, el artista explica, como en su casa,  
''Me gusta recibir a mis visitas con flores'' 

Tuve la suerte de encontrar al artista mismo explicando su trabajo. La muestra mayoritariamente de cerámica (su especialidad), partía en un campo de flores de papel que llenaban el salón central del museo, y que se repetía desde el cielo con flores colgantes. Parecía un comercial de Kenzo, pero mucho más potente, con mucho simbolismo. Desde ahí el artista nos guió por el recorrido de su trayectoria, nos explicó su evolución y de qué forma su vida se reflejaba en sus piezas. Nos dejó tocar las esculturas, igual que con Iris, algo muy poco usual en un museo; nos habló de la importancia de la herencia cultural precolombina, de lo relevante que era para él educar a través del arte, de hecho, por el tiempo que se exhibe su obra, se organizó para dictar talleres a ceramistas. Su mirada sencilla, de líneas limpias, se traducía en su persona. Un hombre alto, de mirada amable, pero que denotaba sencillez. Muy abierto a escuchar preguntas, nunca haciéndose sentir más que quienes admirábamos su trabajo. Fue un verdadero regalo tener la oportunidad de conocer su obra de mano de sus propias palabra y fue también un regalo el poder saludarlo una vez terminada la guía.




Estos dos artistas, que además de deleitar con sus obras, revelaron la más pura humanidad y sencillez, fueron un ejemplo palpable del poder que tiene el arte. De su capacidad de comunicar y de la potencia que tiene al expresar. No me queda mucho más que agradecer que se hayan dado las circunstancias de compartir con ellos y si alguien lee esto antes del 29 de mayo, entonces aún tienen la oportunidad de conocer la exhibición de Casasempere en el Museo Nacional de Bellas Artes. Realmente vale la pena, se los recomiendo.

Que cada vez sean más las personas interesadas en estos temas, porque la cultura y las artes hablan de la sociedad, tienen un discurso potente, y si nadie lo escucha, ese discurso se pierde y muchas veces puede ser útil para el desarrollo no sólo cultural de un país, sino de la humanidad misma.

domingo, 22 de mayo de 2016

NO ENTIENDO

Reñaca Más Alto, 2014 - by Moi

NO ENTIENDO. ¿Que nos está pasando?¿empezamos de verdad a perder la humanidad? Luchamos por los derechos humanos por un lado y por otro atacamos la vida. Nos creemos superiores moralmente por nuestras creencias y tantas veces sin darnos cuenta las pasamos a llevar. ¿Que pasa?
Yo AMO, de verdad y de todo corazón, AMO profundamente a mi país. Siempre me he sentido orgullosa de ser chilena y jamás he dejado de sentirlo, porque a pesar de cuanta ''cagada'' pueda haber ahora, de que ya no seamos el país más ejemplar y políticamente estable, a pesar de que quizás ya no podamos alardear tanto, creo firmemente que la riqueza de mi Chilito es mucho más profunda que todo eso. Y tiene que ver con su gente. Con todos nosotros. Porque no estamos tan cagados como tantos dicen. Chile es grande y también lo es su gente.Yo lo he visto TANTO, tantas veces.
Lo he visto en el señor que hace 7 años encontró mi billetera en un bus y llamó a mi colegio para decir que la había encontrado. En el otro señor que encontró en una micro en Valparaíso, mi primer smartphone nuevo, hace 4 años creo, y me lo devolvió. En la niña que hace menos de dos meses me buscó por facebook mismo para devolverme mi pase escolar, y no quiero hacer un caso acerca de mi expertiz en perder cosas, porque he visto la honestidad y el valor de la gente miles de veces más.
Los he visto en la juventud. Porque somos un país de voluntariados. Lo vi desde que existe, en (originalmente) Un Techo Para Chile y en el hecho de que sea normal ir a trabajos de invierno y verano universitarios. Lo vi cuando nos levantamos del terremoto del 2010 y en cada catástrofe. Lo veo en cosas como Enseña Chile y Reñaca Más Alto que responden a las verdades incómodas de desigualdad con acción en la educación, la base fundamental fundamental fundamental (con harto énfasis) del desarrollo.
Veo el valor de Chile en aquel humilde señor que en la micro, porque quiso, me contó cómo su hermano había escalado de ser un técnico mecánico a trabajar y estudiar para terminar ahora trabajando con AVIONES. O en la señora a quien correspondí una conversa de micro y me regaló un librito acerca de la esperanza.
No saben cuantas historias como esas atesoro en mi memoria, no se imaginan, y todas y cada una de ellas hablan de el valor de nuestro pueblo.
Porque no es evidente que si andas por la calle sin agarrar la cartera con los brazos apretada te la van a robar. No es evidente que el tipo de apariencia dudosa, o que se ve sucio, sea un delincuente.
Yo de corazón creo que esas experiencias que he tenido la suerte de vivir, más allá de ser parte del regaloneo eterno de mi Diosi, tienen también que ver con que a mi no me gusta, es más, me carga, desconfiar de la gente gratis. Porque yo no creo que el país esté tan mal como todos dicen, pero sí creo que si empezamos a creer eso, más fácilmente la creencia se hará real.
Así que por favor les pido, no perdamos la fe. No perdamos la fe en nosotros, en el poder de los chilenos. No dejemos que lo que acontece nos quite la esperanza. 
Porque yo tampoco entiendo por qué queman las iglesias, las farmacias (independiente de quienes sean los dueños), o por qué a una mujer le sacaron los ojos. Tampoco entiendo como la humanidad puede llegar a tal nivel de deshumanización (valga la redundancia), como tampoco entiendo lo de los leones.
A ver, yo soy pro-vida. Tampoco hubiese dejado que los leones mataran al tipo, y cuando leí que habían muerto los dos leones, que los habían tenido que matar para salvar al hombre, se me puso la piel de gallina porque obvio que también es doloroso. Me imagino que debe haber sido horrible para la gente del zoológico perder miembros de su familia pero por favor, ¿Que es eso de decir que ''deberían haber matado al tipo''? Eso también es inhumano.
Tan inhumano como cuando el suicida del Costanera Center fue tendencia en redes sociales y le gritaban ''tírate'' y tan inhumano como las ''tallas'' que tiran de los suicidas del metro, cuando, en vez de responder humanamente y velando por la vida, la gente se pone a reclamar porque ''¿cómo se le ocurre hacerlo en hora punta?''.
Me dieron ganas de escribir porque para mi es la mejor forma de expresar mis ideas, y cuando quiero que se escuchen, es lo que hago, las escribo en mi blog.
En fin, como decía, NO ENTIENDO muchas veces cómo el ser humano a veces puede deshumanizarse tanto y cómo llegamos a ver cosas como lo que pasó hoy, 21 de mayo en Valparaíso; o como lo que pasó en Coyahique. Pero yo SÍ CREO que Dios es grande. Díganle Dios, o sólo el AMOR, como la fuerza más poderosa del Universo, pero de que es lo más grande, para mí, lo es y por lo mismo sé que el modo de combatir todas estas cosas terribles, es a través de eso, el amor. El odio se mata con amor. Y en mi caso, la oración es una expresión de amor potente.
Así que los invito a rezar por todos los terroristas. A rezar por el suicida de los leones, o en el que atacó a la mujer en el sur, porque, por favor ¿Han pensado que ellos de verdad deben tener reales problemas serios mentales? Y no lo digo despectivamente. Digo problemas mentales con autoridad porque lo mío también es un ''problema mental''. La bipolaridad ES un desequilibrio en la mente, pero no por eso es más horroroso (en mi caso al menos) que un problema motor, u otra discapacidad física. Me fui en la volada auto-referente pero en serio. Recen por ellos, o mándenles vibras positivas mentales.
Recen por esos reos que liberaron. No teman porque vuelvan a reincidir, esperen (de esperanza) que no lo hagan, denles ese voto de confianza. Vuelvan a creer en la gente. Vuelvan a tenerle fe a nuestro Chilito. Porque Chile no son los políticos ni los poderosos. Chile somos todos y por lo menos yo JAMÁS voy a dejar de creer en este Chile, porque si no creemos en nosotros mismos, nadie lo hará por nosotros.