sábado, 29 de noviembre de 2014

Otra Opinión, to Reflect: Sobre la Homosexualidad y la Iglesia Católica

Tengo ganas de compartir mi visión acerca de uno de los temas que se está tocando en la actualidad, el de la homosexualidad y lo que significa en un país como el nuestro (Chile), súper conservador en  temas como este, en comparación con el resto, y también abordándolo desde el punto de vista de cómo creo (o me gustaría) que debiera ser abordado por la Iglesia Católica (MI Iglesia Católica).

Antes que todo, voy a toca el tema desde mi punto de vista, profundamente católico, mariano, por lo tanto ultra creyente y con muchísima fe en la iglesia Católica Apostólica Romana y su pontífice. Y quiero compartirlo en especial con quienes están más involucrados en este tema, en especial, los sacerdotes y  las consagradas por el lado religioso y los homosexuales.

Primero quiero tocar el tema del libro que se publicó y que se pretende incluir obligatoriamente en la educación de los niños chilenos, "Nicolás tiene dos papás". 

El tema de la homosexualidad ha sido una cosa que ha existido durante toda la historia 
de la humanidad. Hace un tiempo, y en los últimos siglos, ese tema fue tabú. Se consideraba extremadamente pecaminoso, inmoral y antinatural. Sin embargo, en la antigüedad era hasta bien visto que los hombres más destacados, tuvieran sus amantes hombres, porque en esa época, la mujer no tenía ningún valor, por lo tanto estar con un hombre era mucho más elevado que estar con una mujer.Me imagino que en la edad media, y en realidad desde la época de Cristo, cuando se puso todo más religioso, estas prácticas se volvieron peor vista. Esto, creo yo se debe haber agudizado en períodos como el de la inquisición, donde se atacaba y mataba a todos quienes se consideraran herejes y que atentaran, según las normas establecidas, con lo que decía la Biblia. Ahí muere santa Juana de Arco, se condenan genios como Galileo Galilei y se decide que gente es brujo o bruja por determinadas circunstancias,que muchas veces tenían que ver con problemas de poder, más que con temas meramente religiosos.

Ahora, la Iglesia Católica, una de las con más tiempo en la historia de la humanidad, que ha sobrevivido por su universalidad y por su mensaje principal acerca de un Dios Padre cariñoso, un Dios Hijo salvador y un Espíritu Santo generoso, ha tenido que ir adaptándose a los tiempos, porque el hombre ha ido evolucionando, la tecnología crea nuevas necesidades y para no quedarse atrás la iglesia se ha hecho parte de esa evolución. No digo que mute según le acomode, pero con la evolución, “la humanidad” empieza a funcionar distinto, a tener otras necesidades que antes no estaban y que se deber ir considerando.

Del mismo modo, opino yo, sucede con el tema de la homosexualidad. Este tema que está en boga y que hace no muchas décadas dejó de ser tabú, es algo real y que, a estas alturas, no se puede "frenar" (como quisieran muchos conservadores). Aquí entra el tema moral-religioso que genera tanta polémica. ¿Por qué una iglesia católica, universal, que enseña sobre un Dios que ama a todos sus hijos, condena este tipo de situación? ¿No debiera la iglesia acoger? ¿Acoger a la humanidad entera (universal) e intentar lograr acercarla a ese Dios de amor profundo? Porque es anti-natura. Esa es la justificación. El hombre por naturaleza, está hecho para complementarse con el sexo opuesto. La mujer y el hombre son como un rompecabezas, que calza de la forma más perfecta en su anatomía, y una relación del mismo sexo no tiene ese elemento y llevará a la humanidad a la extinción porque no hay procreación. Ese es el argumento de los que no están de acuerdo con la homosexualidad. Sin embargo, hasta hace poco, no se me había ocurrido, pero pienso yo, si no quieren que dos hombres o dos mujeres se junten porque se corta el crecimiento poblacional ¿Qué van a hacer?¿Obligar a un hombre que no se siente atraído por las mujeres a tener relaciones con una para preservar la especie? El tema no tiene ni pies ni cabeza. La homosexualidad es algo real, contingente y que de aquí a poco tiempo se va a volver algo "normal". El tabú va a dejar de existir y nadie va a tener que esconder esa condición. Yo no puedo decir que para mi no es raro, porque sí lo es. Yo no crecí con eso como algo “normal”, pero como ya dije, los tiempos cambian y uno debe ir adaptándose.

Ahí entra el tema de la inclusión. Si la iglesia quiere atraer y no alejar a los fieles, no puede darle la espalda a este tema e ignorarlo porque "No es natural" . Yo estoy en un movimiento católico que busca formar un hombre nuevo, para los nuevos tiempos, apoyado firmemente en el amor de María. Me acuerdo que una vez, tocamos el tema de la homosexualidad en una reunión con una hermana. Ella decía que la gente que era homosexual, debía tomar esa condición como su cruz, y cargarla como Cristo cargó la de Él, sin poder ejercer la condición. Sin poder enamorarse y sin poder estar con nadie que los hiciera feliz. Todo con el pretexto de que haciendo eso, que era la voluntad de Dios, las personas vivirían felices  en plenitud porque la voluntad de Dios es lo que nos hace felices. Yo creo que eso es así. Hacer la voluntad de Dios es lo que nos hace felices porque Él nos mandó a la Tierra para llenar el espacio que preparó para nosotros, que nadie más puede llenar y que finalmente tiene que ver con la vocación y el ideal de vida. Sin embargo, no estoy segura de que ésa fuera la voluntad de Dios. ¿Cómo un Dios que ama no va a permitir que uno de sus amados hijos ame? 


Yo, la verdad creía al principio que la hermana tenía razón, pero yo no conocía a ningún homosexual en ese entonces, por lo tanto, no tenía la visión que podían tener ellos. Y fue en la U, cuando me tocó conocer algunos, que me di cuenta que no era justo que alguien que de verdad era así porque era así no más, estuviera negado de amar porque era un pecado. No tenía ningún sentido en un plan de amor como el del Dios en el que yo creía.

Eso, y varias reflexiones, vídeos de Upsocl, canciones como "Same Love" de Macklemore, conversaciones y lecturas, permitieron que mi mente se abriera. Siempre he creído que e profundamente importante tener un oído atento a la hora de discutir temas de opinión. Uno no DEBE tener un punto de vista sesgado que no escuche otra opinión y que se quede con lo que cree ciegamente, más en un mundo que cambia y muta rápidamente como en el que vivimos. Por eso el diálogo es sumamente importante. Ayuda a fortalecer las ideas y a entender y respetar las opiniones diferentes. Como dijo el Papa Francisco, el proselitismo no es bueno. Eso de andar tratando de convencer al otro de que lo que cree no es y que lo mío si, no tiene sentido y hace mal. 

Así, como contaba, se fue abriendo mi mente hasta definir mi pensamiento según lo que acabo de redactar. 

Por otra parte, está una de las cosas que a mi realmente me enoja de la gente muy extrema en creencias religiosas, y es que no son capaces de escuchar al otro, todo lo diferente no es válido. Todo lo diferente es pecado, todo lo diferente no es de Dios. Si no se bautizó la guagua y se murió, no tuvo el don de la fe y casi que no se puede ir al 
cielo. Los ateos son "herejes" o "pobrecitos" que no tienen el don de la fe y no logran ver a Dios en sus vidas. Muchos ateos son mucho mejores personas que muchos creyentes. Y cuando esa gente se condena, se castiga o se expulsa de la iglesia, como pasa con los divorciados, que se excomulgan por vivir en pecado y se les priva del mejor y más grande regalo que se puede recibir en la iglesia: recibir el cuerpo y la sangre de Cristo y permitir así que Él penetre en el alma y te llene del Espíritu Santo. Esto quizás no es obligatorio, y la relación con Dios depende de uno,o sea, si yo me divorciara (que espero que jamás pase) de verdad, comulgaría igual. Cualquier cosa que hubiera roto mi matrimonio debiera haber sido algo más allá de mis manos para lograrlo entonces sería injusto un castigo. Sin embargo, eso está.

Cómo dice mi mamá ¿Quién sabe cuáles son los tiempos de Dios?¿Quién sabe el segundo marido o la segunda mujer eran quienes acercarían a la persona a la iglesia? ¿Quién lo define? Sólo Dios sabe esas cosas.

Y por eso en esta vida, hay que hacerle caso a un sabio sacerdote alemán, que decía "Hay que tener el oído en el corazón de Dios, y la mano en el pulso del tiempo". Porque los tiempos cambian, y hay que adaptarse. Y esa adaptación no tiene que ver con ser liberales o permisivos, tiene que ver con (para los cristianos) acatar el mensaje de Cristo de la mejor forma, para hacer crecer a la iglesia y poder acercar al mundo al Padre. Llevar el Espíritu Santo al mundo como se mandó en Pentecostés. 

Ah! Y el tema principal, el cuento de Nicolás tiene dos papás, no hace más que mostrar una forma de vivir en familia de una forma distinta, pero de una forma feliz. Que puede o no tener algún fundamento acerca de lo dañino que pueda ser para un niño tener papás homosexuales. Pero es una demostración de familia moderna, diferente pero familia de amor, que muchas veces puede ser la solución para acoger niños abandonaos, huérfanos y carentes de amor. 

El tema de que sea obligatorio es otra cosa, eso no pasa con ningún otro tipo de libros, ¿Por qué con este si?. En fin, la idea de enseñarles a los niños desde chiquititos que existen condiciones diferentes, no es la mala, porque como dije, este tema es algo real y contingente. Pero debe acompañarse de una formación integral. 

Eso creo yo. ¿Qué opinas tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario