sábado, 29 de noviembre de 2014

Reflexión: Trastornos y Cruces



Bueno, otra vez me dieron ganas de escribir. Me gusta escribir porque siento que soy buena en eso, y me hace feliz cuando a la gente le gusta lo que escribo. 

Aquí les dejo una reflexión. Es super personal pero siempre me ha gustado compartir estas cosa, más abajo dice por qué.
Tiene que ver, de nuevo, con mi fe. Con Cristo y la cruz. Y lo comparto así, en especial para los que muchas veces no entienden esta fe. Para los que no creen en Cristo y la Resurrección o los que simplemente no entienden por qué los católicos tenemos tantas imágenes de un Cristo clavado, sangriento y triste, y no alguna de un Cristo vivo. 
Resulta que la cruz de Cristo, es el símbolo que abarca todos los pecados de la humanidad. Creemos, yo lo creo, que a través de la entrega de su vida, de la manera más cruda y brutal, Cristo decidió cargar con los pecados nuestros. Y con eso, nos abrió las puertas al cielo y a la vida eterna. Así también, cada vez que en nuestra vida nos pasan cosas malas, que muchas veces no logramos entender o que no encontramos sentido, descubrimos por nuestra fe, de qué manera Dios nos va acercando al dolor que sufrió Cristo en la cruz y cómo con ello nos va asemejando a él y educando. Algunas veces existen cruces que pesan muchísimo más que otras. La pérdida de un hijo, el diagnóstico de una enfermedad terminal, un accidente, etc. Pero todas esas cosas, finalmente, cumplen un propósito que muchas veces es dificilísimo de entender, pero que SIEMPRE tiene un sentido.

El tema de la cruz y su peso lo entiendo más que nadie, porque yo, después de haber sido en el colegio, una alumna ejemplar, una hija tranquila, obediente, "piola", responsable, etc; se me gatilló un trastorno bipolar, que en su inicio (cuando aún no tenía el diagnóstico) impidió que entrara a estudiar a la universidad, significó que me cortaran las alas de todas las maneras posibles. El cuadro que había tenido (momento gatillante), en su forma, significaba que yo jamás podría separarme de mis papás; que jamás iba a poder estudiar donde yo quería, en otra ciudad. Que jamás iba a poder irme al viaje a Alemania que tenía preparado y por el cual había estado trabajando. TODO, lo bueno que venía, se me estaba quitando. Yo pensaba "¿Por qué a mi? ¿Por qué, si siempre fui buena, me porté bien, hice todo como había que hacerlo? ¿Por qué a mi? ¿Por qué me castigas (Dios)?" y me costó mucho encontrarle el sentido a todo eso.Mucho. Con el tiempo (después cambié de psiquiatra y el nuevo, que era Infantojuvenil, revocó todo lo que había dicho la otra señora doctora [fea] ) todo se arregló, entré a estudiar en Santiago el segundo semestre, pude ir a Alemania, y, aunque perdí mi beca de 100% toda la carrera por el episodio, la mantuve con un 80% y con eso pude, como siempre quise, ayudar a mis papás (...porque somos MUCHOS!!!)

El asimilarlo todo como mi cruz personalizada y especial me costó un tiempo. Por mucho tiempo no fui capaz de contar por qué estaba atrasada en la U, y qué me había pasado sin tener los ojos llorosos o que me temblara la voz. A menudo, si lo recordaba rezando, me largaba a llorar porque no entendía por qué me había pasado. Hasta que lo entendí, lo entendí, lo asumí, lo abracé. Y ahora mi cruz, es mi cruz regalona. Mi bipolaridad es parte de mi, intrínseca, y no la escondo. Decidí que iba a asumirlo como si fuera ser miope. A nadie le da nada decir que es miope, así que con eso me propuse que la gente supiera que las personas bipolares no somos como sale en las películas, que nos enojamos fácilmente y que tenemos cambios de ánimo repentinos. No es así. Ustedes me conocen y saben que no lo es.

Con todo lo que les acabo de explicar, pude descubrir el sentido de MI cruz, y con el tiempo he podido conocer o descubrir el sentido de otras cruces. Una de mis favoritas, es la de mi tío Kanki. El murió de cáncer a los 10 años. El 5º de 8 hermanos. Murió de un tumor cerebral y significó un dolor inmenso en toda la familia. No imagino lo que debe haber sido para mis tatas. Dicen que la pérdida de un hijo es lo peor que le puede pasar a una persona. Que es algo que nunca se supera, sólo se acepta y se sigue adelante con el dolor por siempre.
Y claro que debe ser así. A mis abuelos todavía les duele su pérdida, y ya han pasado más de 30 años. 
Sin embargo, el dolor de la pérdida de Kanki, tiene requeterequeterequetecontra sentido definido. Él en sus momentos de hospitalización, se dio cuenta de que habían muchos niños solos y quiso que se hiciera algo al respecto. Así nació unos años después de su muerte la "Corporación Francisco Javier Lagos Olavarrieta de Ayuda al Niño Enfermo", que ha albergado a más de 1000 niños y les ha regalado uno de los mejores y más efectivos remedios para cualquier tipo de enfermedad, cariño y amor. Hay uno de los caso de la corporación que es emblemático. El de Aladín, un niño que llegó a la corporación que sólo tenia 1/4 de pulmón (¡1/4!!!!!!) y tenía diagnosticado máximo 9 meses de vida (algo así). Bueno, resulta que él llego a la corporación a los 9 años si no me equivoco, y vivió como hasta los 23!!!! ¿Qué increíble o no? Lo que es capaz de hacer el amor. Ya con sólo ese caso, la muerte de Kanki se veía justificada. Sólo con ese caso, y es sólo 1 de más de 1000. 


Bueno, en fin, escribo porque realmente me parece importante darles este testimonio no para que sepan de mi o, no sé para que me encuentren "bacán" o no; lo comparto porque quizás les sirve para mirar esas penas y dolores que muchas veces hay en la vida desde otro ángulo. Para encontrarle sentido a las cosas a las que uno no se lo ve.

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